7 de abril de 2018

Felizmente viva

A veces pensamos que debemos ser y seguir con la sonrisa forzada de una vida que nos imponen desde esas falsas ventanas de felicidad a la que todos, absolutamente todos tenemos que asomarnos o  estaremos fuera de la casa de papel. Nos indican qué debemos estudiar, que trabajo nos será rentable y el cual nunca deberíamos siquiera pensar en tener o intentar. Las ideas, los sueños y la identidad la debemos dejar para ese rincón del alma que debe estar con una luz justita de una bombilla de bajo voltaje, ya que si emite demasiada luz nos llaman soñadores e ilusos y les deslumbra tanto  que te dicen que mejor  a bajo consumo. 
 Nos dejamos invadir, nos dejamos llevar por falsos mitos de una falsa felicidad que cuando menos lo esperas te causa la mayor de las frustraciones, ya que por mucho que lo intentas no ves y sientes aquello que con tanta insistencia indican es la felicidad auténtica.
Mantenemos relaciones que no nos llevan a ningún lado puesto son meramente convenientes para no sentirnos "solos" cuando te das cuenta de que ahí justamente está tu mayor soledad.

Y durante este tiempo un día sientes que la vida se va pasando... y empiezas a ver un rastro mínimo de aquella que fuiste. De aquella persona que quiso empezar una vez tras otra , la misma que quiso dejar atrás los malos momentos y luchar. Te miras y los ojos están cansados, tu boca ya apenas sonríe, tus manos están arrugadas, tu alma encogida y la luz de tu interior apenas es la llama de una vela. Y  entonces es cuando empiezas a tener MIEDO 

No podía dejar esta entrada sin decir que, apenas con la imagen de la que fuiste y de esa luz que queda, sientes que puedes seguirás adelante y  felizmente viva.

Aiara

Una tarde de lluvia melancólica, que no triste.
Un teclado, un sonido y un divagar del pensamiento.
Unas letras más o menos afortunadas y un sentimiento de paz y sosiego...
Una calmada soledad para reconciliar mi espíritu y mi corazón. 

No entiendo cómo a veces puedo alejarme y olvidarme  de esta sensación que me es tan familiar. Disfrutar de mi, de mi silencio. Deleitarme con el sonido del teclado y solo dejarme llevar...

Tengo que quedarme más con estas sensaciones demasiadas veces ignoradas por el ansia equivocada de querer escapar de lo que soy.

A veces, solo a veces me reconozco y no quiero marcharme de mi lado.




24 de julio de 2014

Mi alma


De atrás siempre encandilada por las nubes, seguidora de la vida
con la fuerza de los latidos acompañándome.
Es ahora que no reconozco el rostro que se oculta bajo las sábanas
 que otra hora me arroparon y ahora me asfixian.
Tengo un nudo en la garganta que no permite filtrar el aire, me ahoga y me destruye.

A veces siento que todo está dicho
 y que el silencio es la respuesta a mi desconcierto.
Conozco demasiadas leyendas de princesas y castillos encantados,
aunque nunca logré una que supiese interpretar.

Te escucho alma, pero no te siento, mi grito ahogado no me permite llegar a tí.

Amarra mi cabo a tu puerto o naufragaré alma.


Aiara a secas

25 de junio de 2014

A una de las mejores escritoras, mi admirada Ana María Matute



Se nos ha ido una de las grandes. Suerte en tu mundo de sueños Ana María Matute (1925-2014)

«La palabra es la alarma de los humanos para aproximarse unos a otros. La palabra es lo más bello que se ha creado, es lo más importante de todo lo que tenemos los seres humanos. La palabra es lo que nos salva»

De atrás

Pensamiento I

"La seguridad a la que esperanzados nos aferramos
no se genera si no la construimos"

Pensamiento II

"Hoy he dejado la espada y la coraza a un lado
y me he metido desnuda en la cama.
Es que me asfixiaba la coraza.
Necesitaba respirar"

Anotación:

"Es bueno subir a la montaña cuando no sabemos qué otra cosa podemos hacer.

La vida se consolida y el alma se desarrolla
cuando nos sentimos impulsados a emprender búsquedas
acerca de las cuales apenas sabemos nada."

(Clarissa Pinkola Estés en Mujeres que corren con los lobos)





23 de junio de 2014

Wislawa Szymborska



"Lo reconozco, ciertas palabras
me crean problemas.
Por ejemplo los estados llamados ‘sentimientos’
no consigo hasta ahora explicarlos de forma exacta


Lo mismo con ‘el alma’, palabra-acertijo.
De momento concluyo que es un tipo de niebla,
en teoría más duradera que los organismos mortales.


Sin embargo, mi mayor problema es la palabra ‘soy'.
Tiene la apariencia de una acción común,
realizada de forma general, pero no colectiva,
en un antetiempo presente,
de aspecto imperfectivo,
si bien, como se sabe, ya hace mucho perfectivo”.


(Wislawa Szymborska 1923-2012)

19 de junio de 2014

Esclava del miedo



No se si me lo enseñaron o lo aprendí observando. Lo cierto ha sido que aprendí desde muy pequeña, que para dejar de ser una esclava de los miedos, había que plantarles cara.


Los miedos están tan acostumbrados a ver temblar, a escuchar llantos y súplicas, que cuando un humano se pone en pié ante ellos y les dice con la mirada fija en sus ojos : “ No correré asustada, no temblaré y no suplicaré”, quedan los miedos tan desconcertados , que empiezan a temer, el no ser temidos. No sé si porque desprecian como el pescador, al pez solitario que logra escapar de la redada, o porque el sentido de la libertad es tan poderoso, que los miedos esclavistas quedan bloqueados por algo que no pueden concebir y les sobrepasa.

Nuestra naturaleza que vive sumergida en la oscuridad de la ignorancia, es una incansable generadora de miedos. Quizás deberíamos fijarnos en como se mueven los ciegos en su oscuridad real. Lo hacen con tanta decisión, que a su lado cualquier persona algo prudente, podría parecer justamente el ciego que no es, en vez del vidente que si es.


¿Es que nunca han tropezado? ¿ Nunca han chocado con una farola, un árbol o cualquier persona...?Sin duda que sí ¿Y no han sentido el dolor y la impotencia? Seguro que sí. Pero los ciegos “ven” con claridad una cuestión. Tienen que volver a ponerse en pié, tragarse el dolor y liberarse de todos los miedos ¡Son ciegos que han asumido su situación!





Nos perdemos tantos momentos buenos por causa de los miedos, que el esfuerzo continuado por evitar las caídas, no compensa de ninguna manera lo que hemos dejado escapar, o se ha marchado.